martes, 30 de octubre de 2007

“La libertad se obtiene con sólo desearla

“La libertad se obtiene con sólo desearla —decía Esteban de la
Boétie—. Aun con el cuerpo encadenado, el hombre que desea la libertad
y lucha por obtenerla es más libre que aquel que obedece al opresor y
no se atreve a cuestionarlo”. Y añadía aquel genial muchacho de apenas
16 años: “¿Podría existir el tirano si no contara con la docilidad
servil de un puñado de adulones que se nutriera, a su vez, de un
círculo de aduladores que se rodearan de su propio ejército de
pusilánimes y continuaran la cadena hasta congregar a miles o
millones?”.

Y decía además: “¿Pueden el timorato y el mediocre
preferir el riesgo de la libertad a la seguridad de la opresión, que
los exime de afrontar lo desconocido?”.

“Muy joven muere el que
los dioses aman”, dice la historia que decía Menandro, y a Esteban de
la Boétie deben haberlo adorado los dioses, porque murió cuando apenas
cumplía 30, allá en los lejanísimos días del siglo XVI, pero a sus
tempranos 16 años nos legó su maravilloso “discurso sobre la
servidumbre voluntaria”. Cuántos adulones, pusilánimes, mediocres y
timoratos de nuestros días y nacidos en este hermoso suelo mexicano por
años han renunciado a luchar por la libertad y han agachado sus testas
coronadas de miedo y de estulticia, que muestran orondos desde sus
sitiales vergonzosos de acomodaticios y convenencieros.

Sí, ellos
aportan “acuerdos”, “concertacesiones”; son muy, pero muy
“institucionales”, “respetan la ley”, sin importarles que el tirano en
turno las viole todas o las cambie para su beneficio, a lo cual, a
veces y no pocas, estos “insitucionalistas” contribuyen.

Aparte,
hay plumíferos de alcurnia, que se encargan de “limpiar imágenes”
tremendamente deterioradas por sus acciones contrarias al pueblo. Estos
“restauradores” de lo imposible lo mismo sirven a un bando que a
otro... ¡faltaba más!

“La verdad debe prevalecer”, y miles de
compatriotas, familiares de las víctimas de la represión nos
preguntamos: ¿la verdad de quién? ¿La verdad obtenida en una PGR
responsable de tortura y de crímenes? ¿La verdad de un degradado
Ejército, otrora respetado por el pueblo, pero que desde hace años sólo
ha servido para atentar contra él? ¿La verdad que quiere imponer, a
través de medios de comunicación incondicionales al poder espurio, al
señor que dice con desvergonzado desparpajo que tiene “el monopolio del
poder”?

¿Será ese malhadado “monopolio”, otorgado al señor que
dice que es presidente por el conglomerado de pusilánimes, mediocres y
timoratos cuyo “respeto a la legalidad” padecemos millones de sufridos
mexicanos? ¿Será —repito— parte del aval al “titular” reconocido por
ellos lo que le “inspiró” para construir una “megacárcel” en las Islas
Marías? Porque dice alguna prensa que el proyecto es parte de la
estrategia del presidente para remozar (sic) el sistema legal, y es una
“pieza importante” del acuerdo antidrogas entre Estados Unidos y
México, según lo reveló un conocido diario del vecino país, The Dallas
Morning News, que agrega que recibió la información de “fuentes
oficiales mexicanas anónimas”.

“El efecto sería similar a
extraditar a los capos a Estados Unidos, pero sin que salgan de
México”, dicen que se dijo en el citado diario. O sea que al cabo los
vecinos oficiales del país del norte pueden entrar y salir de México
como Pedro por su casa y pueden imponer sus criterios al gobierno
ilegítimo que acata todo, con y sin “aportaciones” millonarias en
dólares, que al cabo si le falta para la construcción de la prisión, le
pedirá al gobierno de Japón y al Banco Interamericano de Desarrollo...
(¡faltaba más!) y mientras tanto, ¿qué importa que millones de
mexicanos vivan y mueran en la miseria?

¿Hasta cuándo, hasta
cuándo, todos los responsables entenderán lo que es la libertad?
¿Cuándo se acabará la mediocridad, la pusilanimería, la adulación
servil? ¿Cuándo se perderá el miedo a la libertad?

Dirigente del comité ¡Eureka!



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